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Transforma tu Duelo

Hace algunas semanas recibí un mensaje de Erika Gabriela preguntándome si estaría interesada en hablar durante el Congreso Viviendo con TEA (Asperger). Al principio pensé que tal vez yo no tuviese demasiado que aportar, puesto que no tengo hijos con esa condición ni me especializo en trabajar con niños.

Pero tras reflexionar un poco comprendí que el pedido de Erika había sido acertado: en mi praxis veo muchas, muchas mujeres que se enfrentan a grandes desafíos en su vida, y muchas han pasado por procesos de pérdida – un divorcio, un despido, un hijo con problemas… pero como ellas creen que no son cosas “horribles” (en comparación a la muerte, por ejemplo), entonces ellas piensan que no se pueden “quejar” y reprimen su tristeza, ocultando el dolor que la situación conlleva. Y ocultar el dolor es acarrearlo en nuestro cuerpo y en nuestra alma, día a día.

Asumir nuestros duelos, nuestras pérdidas (de una relación que salió mal, de un futuro que no fue, de una ilusión que se rompió) es fundamental a la hora de cuidar nuestras emociones. Veo a tantas mujeres sentirse culpables, dejar de lado el auto cuidado porque piensan que de alguna manera “se merecen estar así”, viviendo una vida con estrés y con reproches. Es por eso que me decidí a participar del congreso y hablar de la importancia de los procesos de duelo en el camino de nuestra sanación emocional.

En esta charla (completamente gratuita y que se ofrece del 13 al 18 de Diciembre) hablo de la importancia del duelo, de qué es y qué no es, del gran dilema de los duelos ambiguos, y por supuesto estaremos charlando algo más sobre las dificultades que las mamás tenemos cuando uno (o varios) de nuestros hijos tienen desafíos (ya sea Asperger u otras dificultades).

Te invito a participar del Congreso, aunque no tengas niños, porque seguramente has pasado o estés pasando por una pérdida en tu vida y es bueno escuchar una perspectiva distinta que te ayude a aclarar tus emociones y darte apoyo. Como siempre me puedes dejar aquí debajo tus comentarios, con mucho gusto los leo y los respondo.

Cuando quieres cambiar…

Hoy quiero darles las gracias a quienes enviaron comentarios tan bonitos de la Masterclass de Hambre Emocional que  hemos hecho con Valeria Lozano de Hábitos. La verdad es que fue una conversación muy fluida y espontánea, y nos alegra mucho saber que ha sido tan útil para nuestra comunidad.

Tal vez la pregunta más frecuente que he recibido en relación a la Masterclass es “Bueno, ya entiendo que necesito cambiar, pero ¿cómo empiezo el proceso de forma positiva y sin tener recaídas constantes?”.
Iniciar un proceso de cambio requiere de dos aspectos: uno físico (la alimentación, el movimiento, los hábitos) y uno psíquico (el auto cuidado, identificar las trabas emocionales, la introspección guiada). Pero yo siempre digo que, por lo general, el cambio interno precede al cambio externo.
Es decir, si realizamos cambios externos (dietas, ejercicio intenso) sin trabajar los factores emocionales que nos han llevado a encontrarnos con sobrepeso o con un cuerpo con desafíos, seguramente el cambio externo no será duradero. Porque muy pronto vamos a encontrarnos con trabas y no sabremos cómo resolverlas, o las resolveremos de manera ambigua. Por eso es fundamental identificar primero cuáles son esas zonas grises de nuestro ser, cuáles son los desafíos emocionales que estamos experimentando (¡son distintos para cada una de nosotras!), y a partir de allí generar esos cambios internos que harán que el cambio externo sea sostenible.

Para ayudarte en ese proceso he creado el curso Mi Cuerpo Mi Tesoro, que acabamos de lanzar  en colaboración con la plataforma del Instituto Hábitos. Es la primera clase que brindo en varios años (últimamente me he dedicado a entrenar profesionales) y en ella combino el conocimiento y las técnicas de la Psicología de la Nutrición para guiarte y lograr cambios reales. Si quieres enterarte de más detalles puedes hacerlo aquí. (El curso tiene en este momento un precio especial de lanzamiento, que todavía es válido por unos pocos días).

Si no estás interesada en el curso, quiero de todas formas alentarte a mirar la charla sobre Hambre Emocional que hicimos con Valeria, pues aunque sea un área de tu vida en la que tal vez no tengas grandes desafíos, seguramente vas a aprender a mirarla con nuevos ojos luego de escuchar nuestra conversación. 

Hambre emocional (no es lo que tú crees)

Muchas personas que siguen mi labor me envían correos, y las preguntas que recibo más frecuentemente son: ¿cómo controlo mi hambre emocional? ¿cómo puedo estar menos ansiosa? Ambas preguntas son muy buenas, pero requieren una respuesta compleja. Por eso cuando Valeria Lozano me invitó a participar en su plataforma Instituto Hábitos y charlar sobre el Hambre Emocional con ella le dije inmediatamente que sí. Hace mucho tiempo que nos conocemos y yo soy expositora en su Certificación como Coach en Hábitos.

En esta Masterclass de Valeria hablamos largo y tendido sobre qué es el hambre emocional, cómo reconocerlo y qué herramientas ayudan a la hora de resolverlo. No te la pierdas porque sólo estará disponible por un tiempo limitado. El acceso a la charla es completamente gratuito, si quieres verla sólo tienes que inscribirte aquí para recibirla.

Para aquellas de ustedes que quieran profundizar más les cuento ahora la segunda noticia: a partir de Diciembre estaré brindando el curso Mi Cuerpo Mi Tesoro, en el que he estado trabajando los últimos meses y por eso casi no he aparecido por las redes sociales (te daré más detalles del curso más adelante, pero desde ya puedes apuntarlo en tu calendario y estar atenta al anuncio.

Espero que disfrutes mucho de la charla, puedes dejarme aquí un comentario luego de mirarla.

Errores alimenticios

Según las estadísticas médicas, los desórdenes alimenticios van cada vez más en aumento. Afortunadamente, existen cada vez más fuentes de información y centros de ayuda para quienes los necesitan. Pero pese a este auge de apoyo, todavía corren nociones equivocadas sobre lo que son los  y sus consecuencias. Hoy queremos ayudarte a reconocer los errores más comunes que circulan en las redes:

1. Para tener un desorden alimenticio hay que estar muy flaca o muy gorda

Esto no es así: el peso puede ser un indicador de la existencia de un desorden alimenticio, pero no es el único factor, ni tiene por qué ser un factor decisivo. Por ejemplo, una persona que sufre de bulimia puede tener un peso absolutamente normal pero tener un desorden alimenticio avanzado. Y una persona  anoréxica puede tener sobrepeso, aunque nos cueste hacernos a la idea. Hay muchas personas que hacen dietas extremadamente restringidas y si no reciben ayuda a tiempo el desorden puede avanzar. O sea,  si nos guiamos solamente por el peso habremos perdido la oportunidad de brindarles muchos meses de tratamiento. El indicador principal en un desorden alimenticio no es el peso, son las conductas. 

2. La culpa del desorden alimenticio la debe tener la familia

Apuntar el dedo y buscar “culpas” no ayuda al proceso de recuperación… en vez de buscar culpables es mejor reconocer que en los desórdenes alimenticios hay condiciones neurológicas complejas en las cuales influyen muchísimos factores, entre ellos la familia. Una persona puede tener una familia cariñosa y solidaria, y sin embargo desarrollar un desorden alimenticio. En ese caso, la familia puede transformarse en uno de los principales aliados en su recuperación, y varios centros de terapia no dudan en reclutar su ayuda. Nadie es culpable de un desorden alimentico, pero el rol de la familia es vital en el proceso de recuperación. 

3. Una persona con un desorden alimenticio puede vivir una vida normal

Este punto es algo complicado, porque alguien puede estar recuperándose de un desorden y en ese caso estar viviendo una vida en la cual el alimento ya no tiene un rol tan preponderante. Pero una persona con un desorden alimenticio que no está siendo tratado puede “esconder” bien o saber disimular su condición, y entonces desde afuera nos parece que todo está bien (recuerda que el peso no es el principal indicador de un desorden). Mientras no se reciba ayuda, debemos ver al desorden alimenticio como una crisis que interrumpe y desintegra nuestra vida personal y nuestro medio. Por eso es fundamental buscar y proporcionar ayuda. Por más bien que alguien disimule su condición no se trata de una condición normal, y se necesita ayuda profesional para superarla. 

4. Un desorden alimenticio es una elección personal

Comer o no comer, vomitar o no vomitar, no son “elecciones personales”  y por lo tanto no pueden ser solucionadas con fuerza de voluntad. Quienes desconocen los factores biológicos y neurológicos de los desórdenes alimenticios creen que alcanza con “dejar de hacer dieta” o “dejarse de pavadas”. Quienes sufren de un desorden y no son conscientes de ello pueden decir frases como “es que no me apetece, no tengo hambre” o “es mi vida y hago lo que quiero”.  Pero es más complejo que esto. Los desórdenes alimenticios están catalogados como enfermedades mentales: de la misma forma que nadie elige estar deprimido y necesita ayuda profesional, nadie “elige” un desorden alimenticio. 

5. Sólo a las “chicas bien” les pasan estas cosas

Les pasa a las chicas, a los chicos e incluso a ancianos: los desórdenes alimenticios no conocen barrera de sexo, edad ni condición social. Una persona de cualquier raza, peso y orientación sexual puede desarrollar un desorden alimenticio. Por ejemplo, se estima que 1 de cada 10 afectados son hombres, y dentro de este grupo, no hay preponderancia de orientación homosexual. Los desórdenes alimenticios no discriminan: le pueden pasar a cualquier persona. 

6. Tener un desorden alimenticio no es tan grave

Los desórdenes alimenticios crean una situación de trauma nutricional en nuestro cuerpo, y este estado biológico alterado puede generar complicaciones médicas graves. Y aparte de los riesgos a nivel físico hay riesgos a nivel emocional. La tasa de depresión y suicidio dentro de los afectados es mucho más alta, para dar un ejemplo. Los desórdenes alimenticios pueden no parecer graves al principio, pero se transforman rápidamente en condiciones muy serias. 

7. Los desórdenes alimenticios son genéticos

Los desórdenes alimenticios tienen una base genética y biológica, pero la genética de por sí no determina quién desarrollará un desorden y quién no. Las investigaciones en este campo indican que el entorno y la historia personal también juegan un papel importante en el desarrollo de estas condiciones. Por eso el tratamiento se realiza con un equipo profesional inter disciplinario, que incluye desde psicólogos hasta nutricionistas y doctores de medicina general. Lo importante no es buscar el origen del desorden, sino tratarlo. 

8. No es posible recuperarse de un desorden alimenticio, al menos no del todo

Sí es posible recuperarse de un desorden alimenticio, especialmente si la persona afectada recibe tratamiento apenas lo desarrolla. Por eso es fundamental la detección temprana y la intervención profesional. Si crees que alguien que tú conoces esté afectado por un desorden, no dudes en expresar tu preocupación y ayudarle a buscar apoyo profesional. El mejor momento para comenzar a sanar de un desorden alimenticio es ahora. 

El Arte y la Ciencia del Coaching

Hace muchos años, cuando inicié mi camino en el área de la Psicología de la Nutrición, tomé un entrenamiento con Marc David del Institute of the Psychology of Eating en Colorado. Fue mi primer contacto con la intersección del coaching, la psicología y la nutrición. A partir de allí decidí especializarme en este mundo tan fascinante, recibiendo instrucción en universidades, congresos y con otros maestros y maestras.

Pero siempre recomiendo el trabajo de Marc, así que cuando me preguntó si quería participar en esta cumbre virtual sobre el Arte y la Ciencia del Coaching dije en seguida que sí. Se trata de un evento virtual totalmente gratuito que se realizará en línea del 22 al 26 de Julio y es en INGLES. Si dominas este idioma no te pierdas la oportunidad de escuchar a más de 30 profesionales hablar de sus experiencias el área del coaching, psicología, nutrición y otras ramas adjuntas. Yo voy a participar con una charla en la cual doy varios consejos de cómo trabajar dentro de la Psicología de la Nutrición e Imagen Corporal (ya grabamos la entrevista con Marc y creo que te va a gustar mucho mirarla).

Encuentras todos los detalles para ver el evento en este enlace – recuerda que la información está en inglés y que las entrevistas son realizadas en ese idioma, sin subtítulo. Esperamos que lo disfrutes.

Cirugía estética: nuevo seminario

Vivimos en un mundo en el cual cambiar nuestra apariencia de forma radical se ha vuelto algo común, a veces bajo el concepto de “reinventarnos” o tener un nuevo look. La cirugía estética alcanza cada vez proporciones más grandes en ese proceso. Pero, ¿de dónde surge, cuáles son sus premisas, y por qué se ha vuelto tan vigente?

Este próximo viernes 21 de Junio te estamos dando la posibilidad de mirar un seminario exclusivo sobre el tema. Se trata de un entrenamiento que normalmente sólo brindamos a nuestras graduadas, pero considerando la importancia del tema lo estamos poniendo a tu alcance por 24 horas.

Durante el seminario hablaremos de los orígenes de la cirugía estética, sus similitudes y diferencias con la cirugía plástica y la reconstructiva, y cómo se ha transformado de un fenómeno marginal en uno aceptado socialmente. Como siempre presentamos desde un punto de vista neutral, sin intenciones de atacar o promocionar a esta industria incipiente, sino de comprenderla. No te pierdas esta oportunidad exclusiva.

** Atención: para acceder al seminario necesitas ser suscriptora de nuestro boletín de noticias. Si no lo eres puedes anotarte en esta página, encuentras el botón a la derecha. El seminario se ofrecerá solamente por 24 horas y no lo repetiremos. Recuerda hacerte de una hora para mirarlo… por favor no envíes correos pidiendo acceso fuera del plazo pues no los responderemos. Gracias por tu comprensión.

Objetivos para el 2019

Para empezar con fuerza y claridad, y más que nada, para ayudarte a planear el 2019 de forma tal que logres lo que te propongas te estamos compartiendo nuevamente nuestro seminario de Cómo Planear tus Objetivos para el Año que Comienza.

Este seminario fue ofrecido a principios del 2018, pero contiene todos los elementos necesarios para planear un buen año, independientemente del número ;)

Te recomiendo que tengas papel y lápiz a mano cuando mires el video, porque te voy a proponer una serie de ejercicios para trabajar tus metas.

 

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Gracias por todos los comentarios! He aquí mis respuestas a todas las que se animaron a participar.

 

 

No temas

Se nos está acabando el 2018 y muchas de ustedes estarán planeando los objetivos para el año que viene. Seguramente hayan hecho listas de qué quieren realizar o manifestar, porque eso es lo que por lo general se acostumbra: bajar de peso, comer más saludable, hacer un viaje.

En mi experiencia las listas de fin de año no son un mal hábito, pero por sí solas no dan demasiados resultados. ¿Por qué? Porque las listas sólo incluyen lo que queremos, nuestros deseos, pero no se focalizan en los cambios que necesitamos hacer para lograr esos objetivos.

Es decir, si queremos bajar de peso vamos a tener que cambiar nuestros hábitos alimenticios, nuestros hábitos de movimiento, y aprender también nuevos hábitos en torno al manejo de nuestras emociones. Y es ahí donde las listas se vuelven inefectivas: el cambio sólo surge a través de la acción, tanto interna como externa, no solamente a través de decirle al Universo lo que me gustaría.

¿Por qué muchas de nosotras no logramos llegar al cambio? En parte es por la emoción del miedo. Tenemos miedo a no lograr el objetivo y ser ridiculizadas, o sentirnos un fracaso; miedo a que estos nuevos hábitos sean difíciles, que nos aíslen de los demás… queremos cambiar nuestra vida pero tenemos gran miedo al cambio en sí.

Como práctica me gusta que mis clientas escriban junto a cada objetivo la lista de cambios que necesitan hacer, y la lista de obstáculos que creen que van a encontrar. Una vez escrito todo esto, le agregamos la lista de miedos que sentimos en torno a cada uno de esos cambios.

Comprende tu miedo

El miedo es una de esas emociones que nadie quiere sentir pero que todos sentimos. Es tan común que en todas las tradiciones religiosas una de las primeras frases que encontramos es “No temas”.
En el Génesis del Antiguo Testamento Dios le dice “No temas” a Abraham y se lo repite a muchos profetas. “No temas”, es lo primero que el Ángel Gabriel le dice a María, antes de anunciarle el nacimiento de Cristo. ¿Por qué?

Cuando el Ángel Gabriel dice “no temas” no quiere decir “no puedes sentir miedo”: el miedo es una emoción humana, tan válida como cualquier otra, y está bien sentirla. Lo que estas figuras están tratando de decir es que debemos sentir el miedo pero actual a pesar de él (ésta es casualmente la definición de valentía: una persona valiente no es alguien que no siente miedo sino que, a pesar de su miedo, se anima a actuar).

Es decir, las tradiciones religiosas reconocen que el miedo existe, que es una emoción común y que puede resultar paralizante, pero no tiene por qué impedirnos seguir adelante.
Como el miedo una emoción humana común, es lógico que muchas veces en nuestra vida sintamos miedo, incluso de manera bastante frecuente. Por eso cuando el miedo aparece es fundamental no sentir que hemos fracasado o que estamos haciendo algo mal. No estamos haciendo nada mal: simplemente somos seres humanos vulnerables, y por eso sentimos miedo.

Sentir miedo no significa ser más cobardes o ser peor que otra persona. Significa ser como cualquier otra persona: el miedo es una evidencia de que somos humanas. Y como seres humanos podemos reconocer el miedo, de la misma forma que podemos reconocer nuestra ansiedad, nuestra esperanza, nuestra alegría.

Trabajar nuestro miedo es fundamental para lograr nuestras metas. Si ignoramos o reprimimos a nuestro miedo es probable que las acciones que tomemos para lograr nuestras metas no sean las adecuadas, o que terminemos saboteándonos.

Si admitimos que estamos asustadas, podemos diseñar varias estrategias para trabajar ese miedo. Por eso yo recomiendo incluir al miedo en cada una de las acciones necesarias para lograr llegar a nuestra meta: ¿qué es lo que temes? ¿qué crees que tu miedo está tratando de mostrarte? ¿qué acciones puedes crear para alcanzar tus objetivos a la vez que mantienes un diálogo abierto con tus emociones negativas?

Cuanto mejor conocemos nuestro lado oscuro, mejor podemos trabajar con él: comprenderlo, incorporarlo, aceptarlo… y seguir adelante. No temas.

Si este post te ha sido útil haz por favor el ejercicio propuesto y coméntanos aquí debajo cuáles son tus principales miedos. Haremos un seminario en enero trabajándolos.

El instrumento más importante

Muchas de nosotras queremos mejorar nuestra imagen corporal y sentirnos (finalmente o por primera vez en mucho tiempo) felices en nuestro cuerpo. Y para ello empleamos todas las técnicas a nuestro alcance: comer sano, hacer ejercicio, dormir bien, trabajar incluso con una coach de salud y hacernos nuestros chequeos regulares con nuestra doctora.

Todas estas son buenas ideas, pero parten de la base que, para tener una buena imagen corporal, es necesario tener un buen cuerpo. Es decir, para mejorar nuestra imagen corporal tenemos que mejorar nuestro cuerpo… y esto no es tan así. Si fuera cierto, una persona con sobrepeso, con cáncer, con una enfermedad congénita o algún tipo de desafío (parálisis, ceguera etc) no podría jamás tener una buena relación con su imagen. Y estudio tras estudio demuestran que eso no es cierto. Hay personas que son estéticamente “bellas” (de acuerdo a los cánones actuales de belleza según nuestra sociedad occidental) y que lamentablemente son muy inseguras en su imagen corporal. Y ha personas cuyos cuerpos difieren altamente de “lo deseado”, y sin embargo se sienten muy cómodas en su propia piel.

Parte del motivo por el cual nos confundimos a la hora de trabajar nuestra imagen corporal es que no hemos aprendido aún a definirla. Confundimos nuestro cuerpo real, físico, con nuestra imagen. Pero tu cuerpo no es sólo lo que pesas, lo que los demás ven, el tamaño de tu cintura, tu peinado, la ropa que usas o el maquillaje que te pones.

Tu cuerpo es también todo lo que puedes hacer con él: los abrazos que das, los caminos que tus piernas recorren, las sonrisas que brindas a tus seres queridos, la fuerza de tus brazos que tanto soportan, la resistencia de tus rodillas que se levantan una y otra vez… y nuestra imagen corporal se compone también de todos estos aspectos.

Tu cuerpo no es un ornamento para el deleite o el juicio de los demás. Tu cuerpo es un instrumento para vivir tu vida al máximo. Aprécialo. Cuídalo. Ámalo, cualquiera sea su forma y tamaño.

Juegos peligrosos

Hoy se celebra el día internacional de la mujer, y tal vez hayas notado que muchos negocios tengan ofertas especiales para celebrarlo. Por ejemplo, si compras una remera de la marca Sweaty Betty por 65 dólares, 10 dólares serán donados a una fundación que promueve los derechos de las mujeres. Cabe preguntarse si no estaría mejor que donásemos 10 dólares o más a una fundación en vez de gastar en una remera innecesaria, pero ése es un tema para otro artículo.
Lo que yo quería comentar es que también hay compañías que lanzan productos nuevos para esta fecha; productos que están más o menos relacionados al avance de los derechos de la mujer. Es el caso de Mattel, la creadora de las muñecas Barbie, que hoy introduce una línea de 17 nuevas figuras llamada “Mujeres Inspiradoras”. Según un comunicado oficial de la compañía, Mattel se compromete a “encender una luz de empoderamiento femenino con modelos del pasado y presente en un esfuerzo por inspirar más niñas”.
Las 17 muñecas están basadas en mujeres famosas; entre ellas se encuentran modelos de la aviadora Amelia Earhart, la científica afro americana Katherine Johnson, y la artista mexicana Frida Khalo. Suena como una buena idea, ¿no?

No.

¿Por qué? Para responderlo vamos a hacer juntas un poco de historia sobre cómo nace el fenómeno Barbie y cómo esta muñeca ha representado (o no) a la mujer latina a través de los años.

La muñeca Barbie original fue creada en 1959 por Ruth Handler, una mujer norteamericana que era esposa del fundador de la compañía Mattel. Ruth había hecho un viaje a Europa y en Alemania descubrió una muñeca pequeña llamada Bild Lilli, que le llamó la atención. A Ruth se le ocurrió crear una versión similar para Mattel y venderla para el público infantil. Irónicamente, la muñeca Bild Lilli alemana no se vendía como juguete para niñas… sino como regalo para caballeros (sí, lees bien). Es por eso que la muñeca Lilli estaba altamente sexualizada: grandes pechos, cintura diminuta, piernas muy largas, y la mirada desviada hacia el costado en un claro signo de picardía. Todo esto no pareció importarle demasiado ni a Ruth ni a Mattel, pues la muñeca Barbie fue creada con todas esas características de “juguete para caballeros”. Aquí debajo te dejamos una foto en la que puedes comparar ambos modelos y comprobar que efectivamente se parecen mucho (hubo incluso reclamos de patente a nivel legal).
La orientación de los ojos de Barbie se ajustó en 1971, dándole la mirada frontal que conocemos hoy en día, pero el resto del cuerpo de la muñeca siguió teniendo pechos amplios, cintura diminuta y piernas largas y delgadas como la alemana Bild Lilli. Es decir, la Barbie que se vende para niñas está basado en un símbolo sexual para hombres, que se parece más a Marilyn Monroe que a una muñeca de trapo.

Sigamos haciendo historia. Para que el nuevo producto “Barbie” fuese bien recibido en EEUU, era importante que la muñeca representase el ideal y las aspiraciones de la clase media norteamericana. O sea, Barbie debía tener rasgos caucásicos, ser rubia, de piel clara, y sin ningún rasgo étnico discernible (recordemos que por 1959 la segregación racial era un hecho en EEUU, y el movimiento por los derechos civiles liderado por Martin Luther King Jr no llegaba aún). Por muchos años, pues, la muñeca fue creada representando el ideal de la clase media blanca.
La verdad es que con todas estas limitaciones Barbie igual vendía muy bien. Sin embargo Mattel, como cualquier compañía, buscaba nuevas formas de generar ingresos. Al principio lo hizo creando todo tipo de accesorios para sus muñecas, pero a mediados de los años 60 hubo algunos cambios a nivel social que indicaron una nueva estrategia de ventas (no, no fue el movimiento por los derechos civiles). Lo que ocurrió es que las familias norteamericanas comenzaron a gastar más dinero en irse de vacaciones, y México se volvió un destino popular. Mattel reaccionó a este fenómeno creando la primera Barbie aventurera, que se vendía en un Set de Viaje junto al muñeco Ken.
¿Era acaso ésta la primera Barbie mexicana o de piel oscura? No, para nada: la única gran diferencia entre esta Barbie y las demás era su atuendo. Barbie seguía siendo la Barbie caucásica, pero ahora lucía una falda tijuana.

Fue recién en 1988 que Mattel decidió lanzar un modelo “étnico” para cubrir el mercado latino. Pero si piensas que la nueva muñeca, llamada Teresa, era ahora al menos más hispana lamento decirte que no. “Teresa” no difería demasiado de la Barbie viajera: su piel no era más oscura que la de una Barbie rubia bronceada, ni tenía ningún rasgo indígena o levemente indicativo de su procedencia latina . Nuevamente, lo único “étnico” de esa muñeca era su cabello oscuro y su ropa, pues sus facciones eran completamente caucásicas y su cuerpo tenía las mismas proporciones que el resto de las muñecas de Mattel.
Me gustaría contarte que las muñecas Barbie creadas para el mercado latino en las últimas décadas han sido más originales, pero no es el caso. Cada nueva Barbie latina puede ser fácilmente confundida con una Barbie bronceada. Lo único que las hace “latinas” es el pelo oscuro y la vestimenta.

Llegamos entonces al día de hoy y al lanzamiento de la nueva Barbie “Frida Khalo”. Es algo irónico que Mattel escoja a Khalo como modelo para reproducir, pues la verdadera Frida fue una mujer poco convencional, con ideas marxistas, crítica del consumismo y conocida por ignorar los cánones sociales de belleza femenina. A Mattel todo eso parece importarle poco, quizás porque en la taquillera película de Pixar “Coco” aparece una versión divertida de Frida y esto puede generar reconocimiento de marca. Si los niños reconocen el nombre, aunque no sepan nada de la artista mexicana, eso puede ayudar a vender más muñequitas.

Pero volvamos por un instante a lo que nos interesa a nosotras: ¿cómo difiere esta nueva muñeca a las anteriores representaciones de la mujer latina? ¿Realmente hay un avance? ¿Podemos finalmente hablar de una Barbie inclusiva de la estética hispanoamericana? Considerando la trayectoria histórica que Mattel ha tenido con las muñecas “étnicas” podríamos hacer un análisis sociológico extenso. Pero para ser algo más prácticas yo me propuse hacer solamente un pequeño experimento visual. Me senté frente a la computadora con una imagen de Barbie Frida Khalo y, utilizando una aplicación muy sencilla que encontré en línea, le hice unas leves alteraciones digitales a la foto original.
Sin retocar las facciones, el color de piel ni de los ojos, decidí ponerle a esta “Frida” una peluca rubia y cambiarle el color del traje de rojo a rosa. Es decir, le quité el pelo oscuro y la vestimenta, que históricamente eran los únicos dos detalles que hacían de “Barbie” una muñeca latina. ¿Verdad que en casi 40 años algo tendrá que haber cambiado, no?

Como tú misma puedes verlo… pues no, nada ha cambiado. Esas dos alteraciones mínimas demuestran nuevamente que esta “Frida” es menos Khalo y más Karadashian. Si no estás muy convencida, te invito a mostrarle a una amiga esta foto retocada sin decirle de quién se trata. Si ella adivina inmediatamente que esa Barbie es la pintora mexicana… seguro que tu amiga es vidente.

A modo de conclusión, lo único que yo puedo deducir en este Día Internacional De la Mujer, es que la serie “Mujeres Inspiradoras” de Mattel es otra estrategia de marketing para vender más muñecas, sólo que en este caso está encubierta como campaña para avanzar a los derechos de la mujer. Especialmente me preocupa que el cuerpo de estas “mujeres inspiradoras” inspire tan poco: salvo las cabezas, que tienen distinto color y largo de pelo, las 17 modelos son prácticamente idénticas. Todas parecen haber salido del mismo molde de Barbie con pechos grandes, cinturitas inexistentes, piernas flacas y laaargas, labios súper carnosos, tonos de piel bastante blancos y cabellos sedosos. Estas no son las características físicas de las mujeres que admiramos: son un estereotipo de imagen corporal inalcanzable que cada vez se vuelve más universal y restrictivo, al punto que el cuerpo de una mexicana como Frida no se puede distinguir de una afro americana como Johnson.

Para decirlo claramente: mujeres como Frida han logrado ser inspiradoras por sus acciones, por sus palabras, por romper estereotipos, no por tener el mismo tamaño de pechos o el mismo largo de sus piernas.
Eso lo comprendemos tú y yo, mujeres adultas, haciendo juntas esta reflexión. Pero al ver estas muñecas y jugar con ellas nuestras hijas no adivinan este razonamiento. Es más, tal vez lo único que una niña pueda deducir es que para ser tan genial como Frida Khalo, Amelia Earhart o Katherine Johnson, es necesario tener un físico como el de Barbie. Y ése, lamentablemente, es un juego peligroso.