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Deja ir tu Sobrepeso Emocional

Este 2020 que está casi casi terminando no deja de sorprendernos (o más bien horrorizarnos) a cada rato. Muchas de ustedes me han escrito sobre las dificultades que han experimentado en los últimos meses, desde las dificultades que conlleva el aislamiento hasta problemas económicos por cambios laborales.

Tal vez los temas que más me han comentado, aparte del Covid, han sido la ansiedad y el sobrepeso. Ansiedad porque el mundo que conocíamos ya no existe, y este mundo nuevo parece bastante ilógico. Es difícil planear nada en las circunstancias actuales. 
Y sobrepeso porque esa ansiedad lleva a comer demás, a sentirnos paralizadas y por ende inactivas. 

Pero no todos los desafíos que experimentamos con el Covid comenzaron este año – muchas de nosotras ya veníamos cansadas porque acarreamos sobrepeso desde hace tiempo. Tal vez no sobrepeso físico, pero sí SOBREPESO EMOCIONAL.

Si teníamos sobrepeso físico no sólo no lo pudimos perder sino que subimos más, y si teníamos peso normal pero gran sobrepeso emocional tal vez comenzamos a poner algunos kilos. La situación se vuelve bastante frustrante, porque si no comprendemos qué es el sobrepeso emocional y de dónde viene, mal vamos a poder perderlo. Y si no lo perdemos, tendrá consecuencias en nuestro peso físico.

Gracias por tu interés en nuestro seminario gratuito. El plazo para verlo ha concluido. Hemos archivado el seminario y la meditación, que forman parte del curso Transforma tus Pérdidas. Las clases inician en enero, pero quienes se inscriban desde ya tienen acceso al seminario y la meditación hasta que las clases comiencen.

Transforma tu Duelo

Hace algunas semanas recibí un mensaje de Erika Gabriela preguntándome si estaría interesada en hablar durante el Congreso Viviendo con TEA (Asperger). Al principio pensé que tal vez yo no tuviese demasiado que aportar, puesto que no tengo hijos con esa condición ni me especializo en trabajar con niños.

Pero tras reflexionar un poco comprendí que el pedido de Erika había sido acertado: en mi praxis veo muchas, muchas mujeres que se enfrentan a grandes desafíos en su vida, y muchas han pasado por procesos de pérdida – un divorcio, un despido, un hijo con problemas… pero como ellas creen que no son cosas “horribles” (en comparación a la muerte, por ejemplo), entonces ellas piensan que no se pueden “quejar” y reprimen su tristeza, ocultando el dolor que la situación conlleva. Y ocultar el dolor es acarrearlo en nuestro cuerpo y en nuestra alma, día a día.

Asumir nuestros duelos, nuestras pérdidas (de una relación que salió mal, de un futuro que no fue, de una ilusión que se rompió) es fundamental a la hora de cuidar nuestras emociones. Veo a tantas mujeres sentirse culpables, dejar de lado el auto cuidado porque piensan que de alguna manera “se merecen estar así”, viviendo una vida con estrés y con reproches. Es por eso que me decidí a participar del congreso y hablar de la importancia de los procesos de duelo en el camino de nuestra sanación emocional.

En esta charla (completamente gratuita y que se ofrece del 13 al 18 de Diciembre) hablo de la importancia del duelo, de qué es y qué no es, del gran dilema de los duelos ambiguos, y por supuesto estaremos charlando algo más sobre las dificultades que las mamás tenemos cuando uno (o varios) de nuestros hijos tienen desafíos (ya sea Asperger u otras dificultades).

Te invito a participar del Congreso, aunque no tengas niños, porque seguramente has pasado o estés pasando por una pérdida en tu vida y es bueno escuchar una perspectiva distinta que te ayude a aclarar tus emociones y darte apoyo. Como siempre me puedes dejar aquí debajo tus comentarios, con mucho gusto los leo y los respondo.

Cuando quieres cambiar…

Hoy quiero darles las gracias a quienes enviaron comentarios tan bonitos de la Masterclass de Hambre Emocional que  hemos hecho con Valeria Lozano de Hábitos. La verdad es que fue una conversación muy fluida y espontánea, y nos alegra mucho saber que ha sido tan útil para nuestra comunidad.

Tal vez la pregunta más frecuente que he recibido en relación a la Masterclass es “Bueno, ya entiendo que necesito cambiar, pero ¿cómo empiezo el proceso de forma positiva y sin tener recaídas constantes?”.
Iniciar un proceso de cambio requiere de dos aspectos: uno físico (la alimentación, el movimiento, los hábitos) y uno psíquico (el auto cuidado, identificar las trabas emocionales, la introspección guiada). Pero yo siempre digo que, por lo general, el cambio interno precede al cambio externo.
Es decir, si realizamos cambios externos (dietas, ejercicio intenso) sin trabajar los factores emocionales que nos han llevado a encontrarnos con sobrepeso o con un cuerpo con desafíos, seguramente el cambio externo no será duradero. Porque muy pronto vamos a encontrarnos con trabas y no sabremos cómo resolverlas, o las resolveremos de manera ambigua. Por eso es fundamental identificar primero cuáles son esas zonas grises de nuestro ser, cuáles son los desafíos emocionales que estamos experimentando (¡son distintos para cada una de nosotras!), y a partir de allí generar esos cambios internos que harán que el cambio externo sea sostenible.

Para ayudarte en ese proceso he creado el curso Mi Cuerpo Mi Tesoro, que acabamos de lanzar  en colaboración con la plataforma del Instituto Hábitos. Es la primera clase que brindo en varios años (últimamente me he dedicado a entrenar profesionales) y en ella combino el conocimiento y las técnicas de la Psicología de la Nutrición para guiarte y lograr cambios reales. Si quieres enterarte de más detalles puedes hacerlo aquí. (El curso tiene en este momento un precio especial de lanzamiento, que todavía es válido por unos pocos días).

Si no estás interesada en el curso, quiero de todas formas alentarte a mirar la charla sobre Hambre Emocional que hicimos con Valeria, pues aunque sea un área de tu vida en la que tal vez no tengas grandes desafíos, seguramente vas a aprender a mirarla con nuevos ojos luego de escuchar nuestra conversación. 

Tus fuegos negros

Hoy queremos contarte una de nuestras historias favoritas, que seguramente vas a apreciar y sacarle jugo:

Hace muchos, muchos años, vivía en las montañas del Tibet un monje budista. Una noche, luego de haber meditado por muchas horas en el templo, el monje retornaba al monasterio junto a un monje novicio. Seguían lentamente el camino de piedra en las tinieblas cuando, en la cima de una colina, vislumbraron una casa humilde que estaba en llamas.

Al acercarse, vieron cómo los vecinos traían baldes de agua y ayudaban a apagar el fuego. En pocos minutos y gracias al esfuerzo de toda la comunidad, sólo quedaba una humareda en la cima del techo, pero el resto de la casa estaba intacto.

El novicio contempló la escena horrorizado y exclamó: “¡Qué horrible! El fuego casi consume la casa de esta familia tan pobre”.

Pero el monje no parecía tan perturbado como lo estaba su amigo. Simplemente sonrió y le respondió “Esta familia ha tenido suerte, pues el fuego brilla y las chispas destellan en la oscuridad. Es fácil detectar el fuego ardiente. Lo difícil es detectar el fuego negro, pues él arde sin que nos demos cuenta, y nos consume antes de que lo podamos apagar”.

En nuestras vidas, existen fuegos ardientes que son fáciles de reconocer: el sobrepeso, las reacciones alérgicas, las enfermedades, las limitaciones físicas. Todos estos fuegos son muy dolorosos. Afortunadamente, también son visibles, y por eso los reconocemos y nos urge solucionarlos.

Pero hay otros impedimentos que nos cuesta detectar y que, como el fuego negro de la historia, nos consumen antes de que logremos identificarlos: sentimientos como el miedo, la ira, la vergüenza, la inseguridad. Porque los sentimos muy adentro, intentamos taparlos o ignorarlos pues suponemos que nadie más los ve, pero estos fuegos arden con el mismo calor e intensidad que las verdaderas llamas.

¿Cuáles son los fuegos negros en tu vida?

Para muchas de nosotras, trabajar nuestros fuegos negros es la labor de toda una vida. La buena noticia es que, una vez que comenzamos a identificarlos, nos es mucho más fácil apagarlos antes de que nos consuman. Trabajar nuestras emociones y nuestros miedos nos posibilita vivir sin estar constantemente preocupadas por los “futuros incendios” que puedan acosarnos, sino que comenzamos a vivir disfrutando del momento, y planeando para el futuro con alegría.

Por ejemplo, cuando dejamos ir nuestra ira, aprendemos a no ser víctimas de las circunstancias y a no echarle la culpa a los demás por todo lo que sale mal. Recuperamos nuestro poder personal y generamos el cambio que estamos deseando.
Cuando trabajamos nuestros miedos, abrimos un capítulo de hermosas posibilidades en nuestra vida: desde atrevernos a hacer ese viaje que siempre soñamos, hasta amar nuestro cuerpo como es, o animarnos con ese proyecto e iniciar nuestro propio negocio (y si éste es tu plan te recomendamos consultar Mujer Holística Emprendedora para hacerlo realidad).

Tal vez tu fuego negro sea la vergüenza. Tal vez haya en tu vida una combinación de fuegos visibles y fuegos negros. Por eso recuerda: a veces, el fuego negro arde más fuerte que el fuego visible y es la verdadera causa de los otros incendios.

Hoy te invitamos a reflexionar sobre los fuegos negros en tu vida.

 

Hambre emocional

Tal vez te haya pasado alguna vez: comes, pero no tienes hambre. O crees tener hambre, pero tu estómago ya está lleno. ¿Por qué ocurre este fenómeno? ¿Cuáles son los motivos de tu necesidad de comer?

Se trata del apetito emocional, y en este artículo que hemos escrito para la página del Dr. Mercola, te explicamos no sólo qué es el apetito emocional, sino qué puedes hacer para evitarlo.

Continúa aqui con la lectura.

 

Descubre tu Personalidad Emocional

¿Qué significa ser una persona sensible? ¿Sabías que no tienes por qué ser tímida o tranquila para tener gran sensibilidad? Si quieres saber cómo manejar tu sensibilidad y aprender más sobre tus características emocionales, este seminario te ayudará a comprender mejor la relación entre sensibilidad, emociones y dolencias físicas.

Míralo y cuando termine no te olvides de dejarnos tu comentario aquí debajo. Queremos que nos cuentes qué te pareció y cómo puedes aplicar este conocimiento en tu vida.

¡Recuerda que es gracias a tus comentarios que podemos crear más programas diseñados especialmente para ayudarte!

 

 

Cómo romper el ciclo de la ansiedad

Sin duda, la ansiedad en torno a la alimentación es uno de los temas más importantes que vemos día a día. Irónicamente, la ansiedad no existe solamente en una situación específica de peso y salud, sino que se repite a lo largo de todo el espectro de peso e imagen. Es decir, si tú quieres perder peso probablemente estés ansiosa porque quieres hacerlo en determinada cantidad de días o meses y tal vez pienses que no lo conseguirás. Pero seguramente estarás convencida que, una vez que logres quitarte de arriba el sobrepeso, te sentirás mucho mejor y la ansiedad se te pasará.
ansADVwebLamentablemente eso no ocurre: en mi experiencia, tengo muchísimas clientas delgadas y de cuerpo esbelto que han logrado llegar a su peso ideal. Pero no han logrado quitarse la ansiedad de encima y, en muchos casos, su nerviosismo se ha vuelto peor. Es que ahora temen subir de vuelta de peso, tener que hacer ejercicio o dieta todos los días por el resto de sus vidas, que la ropa nueva no les quede, que sus amigas se piensen que son unas flojas si ganan un par de kilos…

Como ves, la ansiedad no discrimina ni a gordas ni a flacas. Y tampoco se va cuando el espejo nos revela una imagen deseable, porque el problema no es el peso. Para liberarte de la ansiedad no necesariamente tienes que trabajar en tu aspecto físico – ¿acaso no llevas ya toda una vida chequeando tu imagen en el espejo, tratando dietas y programas de ejercicio nuevos, y todavía sientes esa inseguridad cuando ves una foto tuya o te miras en el reflejo de una vidriera? Entonces ya sabes que la estrategia de estar constantemente queriendo remodelar tu cuerpo no funciona.  Por eso es bueno preguntarnos, ¿si esta estrategia no funciona, por qué la seguimos haciendo?

Probablemente seguimos utilizando estas estrategias que no funcionan porque: (1) son las únicas estrategias que conocemos, (2) es a lo que estamos acostumbradas, y (3) es lo que los medios masivos y los avisos de productos de dieta y ejercicio quieren que creamos (¡compra este batido para adelgazar! ¡tíñete el pelo para parecer más delgada! ¡esta falda reduce tus curvas!).
A falta de conocimiento de otras alternativas, solemos caer en el hábito de seguir queriendo cambiar el cuerpo para quitarnos la ansiedad de encima – y seguimos teniendo el mismo resultado insatisfactorio.

La otra opción para trabajar la ansiedad no es la más conocida, pero al menos funciona (¡aunque sea a la larga y tengamos que tener paciencia!). Se trata de explorar nuestras emociones e identificar cuáles son nuestros miedos y creencias erróneas sobre imagen y alimentación. Cuando aceptamos este desafío y nos comprometemos a aceptarnos independientemente de nuestro peso, es que logramos salirnos de ese ciclo negativo de juzgarnos constantemente y vivir ansiosas. ¡Te invito a comenzar hoy tu jornada de liberación personal!