Tus fuegos negros

Hoy queremos contarte una de nuestras historias favoritas, que seguramente vas a apreciar y sacarle jugo:

Hace muchos, muchos años, vivía en las montañas del Tibet un monje budista. Una noche, luego de haber meditado por muchas horas en el templo, el monje retornaba al monasterio junto a un monje novicio. Seguían lentamente el camino de piedra en las tinieblas cuando, en la cima de una colina, vislumbraron una casa humilde que estaba en llamas.

Al acercarse, vieron cómo los vecinos traían baldes de agua y ayudaban a apagar el fuego. En pocos minutos y gracias al esfuerzo de toda la comunidad, sólo quedaba una humareda en la cima del techo, pero el resto de la casa estaba intacto.

El novicio contempló la escena horrorizado y exclamó: “¡Qué horrible! El fuego casi consume la casa de esta familia tan pobre”.

Pero el monje no parecía tan perturbado como lo estaba su amigo. Simplemente sonrió y le respondió “Esta familia ha tenido suerte, pues el fuego brilla y las chispas destellan en la oscuridad. Es fácil detectar el fuego ardiente. Lo difícil es detectar el fuego negro, pues él arde sin que nos demos cuenta, y nos consume antes de que lo podamos apagar”.

En nuestras vidas, existen fuegos ardientes que son fáciles de reconocer: el sobrepeso, las reacciones alérgicas, las enfermedades, las limitaciones físicas. Todos estos fuegos son muy dolorosos. Afortunadamente, también son visibles, y por eso los reconocemos y nos urge solucionarlos.

Pero hay otros impedimentos que nos cuesta detectar y que, como el fuego negro de la historia, nos consumen antes de que logremos identificarlos: sentimientos como el miedo, la ira, la vergüenza, la inseguridad. Porque los sentimos muy adentro, intentamos taparlos o ignorarlos pues suponemos que nadie más los ve, pero estos fuegos arden con el mismo calor e intensidad que las verdaderas llamas.

¿Cuáles son los fuegos negros en tu vida?

Para muchas de nosotras, trabajar nuestros fuegos negros es la labor de toda una vida. La buena noticia es que, una vez que comenzamos a identificarlos, nos es mucho más fácil apagarlos antes de que nos consuman. Trabajar nuestras emociones y nuestros miedos nos posibilita vivir sin estar constantemente preocupadas por los “futuros incendios” que puedan acosarnos, sino que comenzamos a vivir disfrutando del momento, y planeando para el futuro con alegría.

Por ejemplo, cuando dejamos ir nuestra ira, aprendemos a no ser víctimas de las circunstancias y a no echarle la culpa a los demás por todo lo que sale mal. Recuperamos nuestro poder personal y generamos el cambio que estamos deseando.
Cuando trabajamos nuestros miedos, abrimos un capítulo de hermosas posibilidades en nuestra vida: desde atrevernos a hacer ese viaje que siempre soñamos, hasta amar nuestro cuerpo como es, o animarnos con ese proyecto e iniciar nuestro propio negocio (y si éste es tu plan te recomendamos consultar Mujer Holística Emprendedora para hacerlo realidad).

Tal vez tu fuego negro sea la vergüenza. Tal vez haya en tu vida una combinación de fuegos visibles y fuegos negros. Por eso recuerda: a veces, el fuego negro arde más fuerte que el fuego visible y es la verdadera causa de los otros incendios.

Hoy te invitamos a reflexionar sobre los fuegos negros en tu vida.

 

One thought on “Tus fuegos negros

  1. Hay muchos fuegos negros que no sabemos como tratar, por eso necesitamos que alguien nos guie ya que muchos de nosotros no sabemos como hacerlo y en esta busqueda puede que encontremos la manera de saber como apagar estos fuegos negros.

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